10.1.11

ojala


Hay una forma de hacer psicoanálisis que a mí no me sirve. Básicamente consiste en vomitarle al terapeuta todo el tóxico acumulado y quedarse en un regodeo perverso de broncas y llantos donde uno se hace el pobrecito y decide situarse, casi sin darse cuenta, en una posición de inmovilidad: desde ese refugio verifica que pasar a la acción que lleva a los cambios no es un buen negocio; se arma un discursito escéptico, de distanciamiento, y reposa en la hamaca de la invalidez.

Lamentarse no es el problema en sí mismo. El inconveniente de este modo de transcurrir la terapia comienza cuando el quejido se transforma en una paja eterna de autocompasión: ¡ay, pobre de mí! es la exclamación – el pobre enfermito se las arregla para ser el centro de todas las miradas.


Falta de talento, familia neurótica: ¡latigazo! Fealdad, mala suerte, mala genética: ¡latigazo otra vez! Como víctimas, desde una posición miedosa, azuzamos enemigos que nos paralizan y nos sacan el peso de responsabilizarnos de nuestro crecimiento. Desentenderse de tomar las riendas del desarrollo propio alivia como el chupete al niño eternamente cobijado. Crecer, en cambio, requiere mirarse desde afuera de forma implacable, con ternura pero sin piedad.

Para convertirse en persona hay que dejar atrás mucho lastre. A veces hay que escapar de situaciones en las que uno se ve obligado a decir que no constantemente.

A pesar de ciertos terapeutas, el intercambio verbal, llegado un punto, no sirve para nada: es una excusa para evitar afrontar los retos, es hacer gimnasia con la lengua sin avanzar un solo centímetro. Estos psicoanalistas no conciben otra salida que la de la concordancia entre las partes. Veneran al dios del diálogo y entienden la vida como una sucesión de etapas de transición, donde la ruptura es siempre apresuramiento o inmadurez y nunca un gesto de salud mental.

Hay una opción que grita: salta, y después piensa todo lo que quieras. La otra opción susurra lo opuesto: piensa hasta el último detalle, y una vez que estés seguro salta. Yo abogo por la primera. Defiendo el escapar como sea, como se pueda, de las situaciones artificiales. Me lo enseñó el payaso lisérgico. A sus palabras sabias agrego que la acción violenta espontánea, si sirve para respirar, es una herramienta válida de crecimiento. Aunque este camino implique cortar ciertos cordones a mordiscazos.

Notas relacionadas:

5 comentarios:

  1. Me hiciste emocionar, saber que hay personas que piensan como vos es lo que lo hace posible.

    Hay una opción que grita: salta, y después piensa todo lo que quieras. La otra opción susurra lo opuesto: piensa hasta el último detalle, y una vez que estés seguro salta.

    Mi Chamana me dice que hay que Decidir no Elegir, ya que el alma es la que decide y la cabeza hace lo que mejor sabe hacer, enjuiciarnos, retarnos, retener el cambio….

    Sin embargo hay que veces que no para, entonces hay que aprender a escuchar los pensamientos desde afuera, ubicarla siempre después de uno y no por delante.

    No vale la pena pelear contra ella ya que es parte de uno, sino aprender a escucharla hasta que te diga todo lo que te tiene que decir(seguro no será mucho porque siempre habla de lo mismo pero con diferentes palabras) y cuando termine seguro que te va a contar que lo que tiene simplemente es miedo a morirse, porque para la cabeza no tener el control es morirse.

    Voy a seguir leyendo… Gracias por Algo.

    Penny.

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  2. Gracias Penny! Lo de "salta, y después piensa todo lo que quieras" es de Osho, pero como tiene mala prensa no lo cité.

    Interesante lo de tu chamana, pero un poco se me escapa. Quiero decir, mis alcanes místicos son un poco limitados. ¿Me recomendás algún libro sobre chamanismo?

    Lo de creer o no en el psicoanálisis, como todo, tiene que ver con la experiencia propia. Algunos terapeutas me funcionaron; principalmente, aquellos con los que trabajé en forma opuesta a lo que puse en el post.

    A veces siento un exceso de psicoanálisis en cada puta conversación con cada compatriota. Y yo busco estar más liviano, desenroscarme.

    Gracias por el comment, es, por lejos, el más largo en la historia del blog!!!

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  3. jajajajajjaja seguro habrá mas largos!!

    OSHO!! es verdad tiene mala prensa igualmente mi Chamana lo utiliza también para cuentos con cuencos y esta muy bueno. (yo personalmente no banco a Bucay)

    Libros sobre Chamananismo te recomiendo empezar con CASTANEDA (ahí tenes para entretenerte duro y parejo) después hay una novela que se llama "Las voces del desierto" me lo recomendaron, trata sobre el intercambio de sabiduría.
    Un grupo de aborígenes llevan a Marlo(autora) a recorrer el outback en el desierto de Australia.

    Siempre vas a tener cosas para mejorar, o cosas que te molesten y quieras cambiar!! traqui... el cambio no termina NUNCAA!! eso es lo lindo...

    Besoteee

    Penny.

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  4. Me recomendaron Castaneda, también otros me lo defenestraron. Gracias por la recomendación igual!

    Pasá más seguido.

    Gracias y beso!

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  5. Llegar a hacer psícoanalisis ya es buen paso. Yo no me animo. Falta de confianza..de entregar mi vida en las manos de un terapeuta..

    Saludos!

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