28.9.09

Al paso

dos personas tímidas,
cuando se juntan,
se impotencian.

se refugian y complacen,
crean un refugio,
y lo decoran.

dos personas tímidas,
juntas,
piensan en vengarse.

ven el asco de un mundo,
cada vez más pequeño,
asfixiante.

dos personas tímidas,
juntas,
no pueden evitar mirarse,
se obligan a dejar la cara,
tosen,
se retuercen las manos.

dos personas tímidas,
se envidian las pestañas,
carraspean,
no dejan crecerse,
expanden hacia dentro.

juntas,
son ciudad que se hace pueblo.

26.9.09

a destajo

Lo peor es ser incondicional.

Incondicional a los deseos de otro, a un querer mal enfocado, a un deber no elegido, a cualquier ideal, a una posición derrotista, a un punto de vista, a una costumbre.

Lo incondicional es peligroso: está valorado, tiene prestigio.

el hincha de fútbol,
los mismos de siempre,
el que entrega la vida,
el guerrillero,
el mártir,
el que en-50-años-no-faltó-ni-un-día-al-trabajo,
el que cuida a la madre enferma,
el metódico,
el que no sabe quedarse quieto,
el que no se enoja nunca,
el honrado,
la del tampón orgánico,
el bluesman,
el reventado,
pappo,
el que enaltece el dolor,
el puntual,
el que no se permite sufrir,
el que juega igual de fuerte perdiendo que estando 2 a 0 arriba y en el minuto 89,
los del ni un paso atrás.

24.9.09

Mundo #3

Las cosas serían de esta forma, pero de otra.

A Divididos no se le habrían quedado los equipos en el aeropuerto de Barajas.

Arnedo habría muerto de pancreatitis hace justo 10 años, y nos habría ahorrado el mal momento de anoche.

La publicidad y el rock de España no serían tan patéticos.

Cataluña estaría repleta de kibutz.

Salir bien en las fotos sería una cuestión de voluntad.

Todos los colegios tendrían la asignatura karaoke.

ORT serían las siglas de Organización para la Rehabilitación del Trabajador.

Las monedas serían de 20 céntimos para arriba, excluyendo la de 2 euros, que es una guasada.

Por decreto de necesidad y urgencia estarían prohibidas durante un año las noticias sobre deporte, economía y política en las tapas de los diarios argentinos.

Los pobres no tendrían mejor handicap en bondad.

Argentina sería uruguaya.

El único de los rockeros próceres que no habría muerto sería Spinetta.

Goyco también le habría tapado el penal a Brehme.

A Perón lo habrían matado en el 55, y nadie se acordaría de él.

Los italianos no lo estudiarían y así nos ahorrarían sus comparaciones con Hitler.

El Mossad no habría capturado a Eichmann, ocultado por los paisanos del Once, con quienes se habría reconciliado.

22.9.09

Otoño mandolina

Esperá. Me quedaron cosas que decir sobre este mundo.

En este mundo real que pienso estarían prohibidos el Teg, el póker y el backgammon.

El esperanto habría tenido un éxito rotundo.

El patacón sería la moneda universal.

Depurarían de snobs el ambiente del arte.

Dibujar bien sería para cualquiera.

La gente no dudaría.

El paddle sería deporte olímpico.

En cada barrio habría por cada médico un maestro hindú, con certificado de iluminación.

No existirían los críticos de rock.

No existiría el rock chabón.

Cuando alguien se te acercara por interés, te lo diría de una y no habría problemas con eso.

Si a tu mente le dijeras que no piense en ello, te haría caso y elegiría la opción más sana.

Cuando de noche viajaras solo, borracho, necesitado y desprotegido, no te quedarías dormido en el bondi; el chofer no dejaría que te pasaras de la parada.

Frenaría en medio de la calle, te pondría una manta y te dejaría con un beso en la puerta de tu casa.

El amor de mi vida

El otro día vi en el flyer a mi alma gemela. Al tipo que quiero ser.

Toca el saxo y el clarinete.

Lo veo junto a sus amigos, colgado el flyer en mi pared junto a unas fotos cortesía de snapfish.

Me encanta que sonría con los ojos, con sus patas de gallo; inclinado hacia adelante, algo impostado, con la cuerda de 10 euros colgando del cuello.

Cuando sea como él espero no estar en esta ciudad. Preferiría estar en una ciudad más hostil, donde no alcance con la buena onda.

En mi mundo real no habría buenas intenciones. Las personas no estarían para cumplir las expectativas de los otros. El Barça le ganaría al Hércules con un gol sobre la hora, de contra. En este mundo Ronaldo el portugués odiaría al padre. Y acabaría como Gascoigne, alcohólico, polémico pero de veras, enemistado con sus hijas.

En este mundo que te digo no habría mensajes de texto. Las cosas se dirían de una y para siempre. Así de inflexible. Volver atrás se pagaría con tareas comunitarias. En mi mundo no existirían edificios protegidos para europeos protegidos. Ernesto Guevara habría dejado el rugby por lesión en la clavícula. Habría viajado a Europa y no a Bolivia. Le dirían "boludo", "guerrissshero", "pijo", todo menos "che". Estaría trabajando en una página web. Haría prácticas como asistente social.

El sueño, en este mundo europeo, no sería "hacerse la sudamérica".

Los andaluces serían metódicos, los catalanes derrochones, los vascos dulces, los sudamericanos no hablarían del tipo de cambio.

Yo no escribiría con música de fondo, con letra, porque me desconcentraría. Y después saldrían estas mierdas. Pero ya fue. Le daría a publicar.

Habré estado de paso

Hay que rajar antes de que la cosa madure. No ser consecuente al modo de un talibán. Hacer un poco de silencio, palpar el latido, e ir hacia donde la fibra diga.

¿Cuántas cosas entran en una cabeza?

El sueño es el de ser un vagabundo. Un paria dotado. Un linyera de culto. Un adolescente a destiempo, demacrado, con arrugas y calle. Un desconectado. Un campeón de cajero en El Raval. Un squat por las propias.

¿Cuánta bronca sabés destilar?

Exponerse es la forma. Abrir hasta el culo. Contar desde las tripas, hasta que no dé más vergüenza. Intentando desentonar, aunque esté moldeado para afinar.

El otro día Kike me contó que escuchó la armónica de un afilador. Esa armónica es triste, yo la conozco, es una mierda. Es mi casa de Colegiales a las 9 de la mañana. Es Delgado al 800 mientras mi papá lee el diario. Yo la conozco. El instrumento de la tristeza en la boca podrida de un hombre podrido, que lo silba mientras pedalea. Y mientras pedalea se mueve la piedra que afila. Y mientras afila el aire, el tipo sigue pedaleando, para no quedarse quieto. Porque quieto se siente peor.

¿Cuánto silencio podés aguantar?

7.8.09

¿Sabés qué extraño, Chester? El empedrado...

5.8.09

La sensibilidad del malo

Cuando te vas a vivir a otro país y las cosas salen bien, una puerta queda abierta. Sabés que lo podés volver a hacer. Y que es muy probable que lo hagas. Y te da la pauta de que vencer los miedos te ensancha el panorama. Hace espacio en tu conciencia. Da lugar a alternativas. A dosis mayores de libertad. Y podés jugar más fuerte sin dejar de ser sensible. Y hasta te animás a dejar la pata. A no ser tan bueno.

15.1.09

Cumbiero intelectual

Cuando empezás a escuchar a Kevin Johansen te dan ganas de trompearlo. Tantos lugares comunes y rimas bilingües baratas en una voz ronca tortugona, te llevan a eso. Pero después de escucharlo un rato la cosa mejora. Te lleva su cadencia. Te hace ver de qué manera un tipo duro, medio aparato, se puede aflojar. Y uno se identifica. Y sabe que debería estar haciendo lo mismo que él. Pero no me animo. Entonces hay que aplaudirlo.