Qué lo parió, el sonido de los autos pasando por las calles empedradas. O las caminatas solitarias de madrugada volviendo a casa, en las que las escasas luces amarillentas se reflejaban en las piedras. Qué lindos eran nuestros barrios! Ellos ya son parte de nosotros. Lo que me preocupa es: ¿nosotros somos parte de ellos? ¿quedó una marca en la que se muestre nuestras dos décadas y media sobre esas veredas?
Qué lo parió, el sonido de los autos pasando por las calles empedradas. O las caminatas solitarias de madrugada volviendo a casa, en las que las escasas luces amarillentas se reflejaban en las piedras.
ResponderEliminarQué lindos eran nuestros barrios! Ellos ya son parte de nosotros. Lo que me preocupa es: ¿nosotros somos parte de ellos? ¿quedó una marca en la que se muestre nuestras dos décadas y media sobre esas veredas?