Hace diez días volví a Buenos Aires, después de dos años de excursión-residencia por el exterior. No fueron muchas las cosas que cambiaron por mis pagos. Lo primero que me llama la atención es lo gordo que está Charly García. Me acuerdo de haberlo visto en el año 97 en la disquería Musimundo del shopping Alto Palermo, enfrente de donde el rocker vivió durante tantos años. Estábamos con Mati husmeando CDs y el tipo se apareció ahí con su metro noventa y sus -pongamosle- 62 kilos de peso. Daba la impresión de haberse escapado de la morgue o de una clase de anatomía en la que oficiara de modelo. Ni rastros de ese Charly queda en la actualidad. Pensar, por otro lado, que fue el primero en saltar desde el balcón de la habitación de un hotel a la pileta, una práctica hoy extendida entre los turistas alemanes en las Islas Baleares y catalogada por los medios como balconing. No quería dejar de mencionarlo.
26.10.10
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Y que ya no vendan el diario Crítica, y que no exista más CTI, y que todos hablen de un tal Ricardo Fort...? Hay otras cosas que sorprenden, no?
ResponderEliminarY ahora que estamos acá, podemos volver a decir: "que boludos que son los gallegos". Y si, para errarle a la pileta también.
Sí, a mí me pasó de sentirme un Eber Ludueña pidiendo el diario Crítica o un celular CTI. En defensa de los gallegos, la tendencia la encabezan los alemanes en territorio de España. En su país no lo harían, pero en el extranjero se les suelta la chaveta.
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